Lunes 21 a Miércoles 23 de Junio de 2010
Polinesia Francesa
Día 20 a 22
EL VIAJE INTERIOR
Dejó EEUU, que ha consituído la primera parte del viaje y viajo hacia un nuevo continente. De alguna manera, hasta ahora he jugado un poco sobre seguro: ya conocía el país, el idioma, las costumbres, muchos amigos, muchos consejos. Ahora empieza la aventura, y lo más personal del viaje. Lo que mis amigos del Consejo de Administración llamaron la busqueda de mi mismo.
Oceanía siempre me ha atraído. Es más, junto con Japón, Australia, Nueva Zelanda y Bora-Bora han sido los motores del viaje. Son sitios que por la distancia necesitan una oportunidad tanto de tiempo como de dinero que no se dan mucho. Son en gran parte el corazón del viaje. Y empiezo por lo dulce. Unos días en Polinesia dedicados al relax, al descanso, a disfrutar.
Llegó a Tahiti, a su capital Pape’ete de noche y no puedo apreciar desde el avión su belleza. Los archipielagos que constituyen la Polinesia Francesa son famosos por su naturaleza volcánica y por la belleza de sus playas y la calidad del agua. Ese color tan particular que se puede apreciar en las fotos se debe a que, a pesar de estar en medio del océano, a más de 6 horas de vuelo de cualquier otra tierra, están rodeadas por arrecifes de corales, que forman una especie de lagos de escasa profundidad (en algunos sitios un metro o menos). Son como inmensas piscinas, llenas de peces (rayas, peces tropicales de colores, tiburones, delfines, etc.) y que debido a la claridad del agua, pueden verse a simple vista. Es el paraíso del buceo y del snorkling. El clima y un exotismo muy comercial hacen el resto. Y el resultado es inmejorable.
El martes lo paso prácticamente tumbado al sol, visitando la capital y seleccionando visitas. Decidó ir de excursión a Mo’orea, la isla más próxima a Tahiti para pasar el día siguiente. El ferry sólo tarda 45 minutos. Para terminar el día me apunto a cenar en el restaurante del hotel Sofitel. Un japonés del que hablan muy bien y que es de estilo tepanyaki (como el Benihana o el Kiri de la Moraleja, que mi gente de HISA recordará de la Navidad del 2008). A pesar de haber estado en este tipo de restaurantes en Londres, Chicago, Nueva York y Madrid, he de decir que hasta la fecha éste es el mejor. Excelente todo, incluído, por supuesto, el cocinero y su espectáculo. Listón alto para Japón, ya veremos.
Madrugón para coger el ferry y desembarcar en Mo’orea. Ya desde el catamaran se aprecia que la isla es, si cabe, aún más bonita que Tahiti. Montañas preciosas, bahías como las de Cook, y resorts con las famosas cabañas sobre el mar, pero también en la ladera de las montañas (especaculares en vivo y en foto).
Y después lo mejor de la excursión. En mitad del mar una zona dónde el agua no cubre más allá de 1 metro y medio, estamos durante una hora y media nadando con rayas y tiburones, mientras alimentamos a ambos (claro a los tiburones un poco a distancia). Algunas de las fotos que tengo son espectaculares, pero tengo enorme curiosidad sobre las que hice con una cámara acuática a las rayas y los tiburones. Y no a uno o a dos sino a decenas de ellos. Realmente impresionante. Sólo comparable a nadar con delfines (que ya había hecho en el Caribe).
Después una muy buena comida a la parrilla en un motu (islote) y una hora de snorkling divertidísimo. Peces de todos los tipos y colores en aguas de menos de 2 metros de profundidad. Te sientes como un pez más paseando por los corales. Además los guías muy simpáticos, nos enseñan a hacer un Ceviche de atún (muy bueno) y a pelar un coco y obtener leche (curioso y divertido). En definitiva, se cumple el imaginario de lo que es una isla de las que te capturan en el folleto de las agencias de viaje.
Mención aparte merecen los hoteles/complejos de la isla. Mejores que los de Tahiti y más baratos que los de Bora-Bora. También hay resorts más modestos, pero que disfrutan del mismo lujo de agua y paisajes.
En cuanto a mi excursión a la capital Pape’ete, muy interesante el contraste entre la vida normal de los tahitianos, bastante poco desarrollada, y la vida en los resorts. Un poco como ocurre en otros países donde las diferencias en el nivel de vida son enormes (China, India, Tailandia, Indonesia). A pesar de lo que anuncian no aprecio la presencia de residentes franceses y surferos australianos, que prometen las guías. Será la manida crisis.
PLAN
Bora-Bora tiene el listón alto. Ya veremos si está a la altura.
FRASE DEL DIA
Del libro Reinventarse. Tu segunda oportunidad del doctor Mario Alns Puig, que estado leyendo al sol de Tahiti.
“Muchas veces lo más valioso está oculto a nuestros ojos. Acercarse a lo que ya conocemos con un espirítu abierto puede ayudarnos a descubrir mucho más”
ANÉCDOTA
Aquí lo de los collares de flores es universal uno (Aloha) de flores a la llegada y otro hecho de conchas para la despedida. Y para los extranjeros es uno, para los locales debe de ser uno por familiar, por lo que os podéis imaginar que ves a gente en el aeropuerto con literalmente docenas de collares de conchas (algunos no se les ve el cuello). Otra seña de identidad es que tanto las mujeres como los hombres llevan siempre una flor en la oreja.
CANCIÓN
Estando en Francia, tenía que ser una canción en francés. De Kate Ryan la canción Voyage Voyage de viejos volcanes, del océano, incluso de España y de otros sitios que visitaré, y por supuesto de viajar. Claro que acaba con “y no volver jamás” …
Au dessus des vieux volcans,
Glisse des ailes sous les tapis du vent,
Voyage, voyage,
Eternellement.
De nuages en marécages,
De vent d'Espagne en pluie d'équateur,
Voyage, voyage,
Vole dans les hauteurs
Au dessus des capitales,
Des idées fatales,
Regarde l'océan...
Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient.
Sur le Gange ou l'Amazone,
Chez les blacks, chez les sikhs, chez les jaunes,
Voyage, voyage
Dans tout le royaume.
Sur les dunes du Sahara,
Des iles Fidji au Fujiyama,
Voyage, voyage,
Ne t'arrêtes pas.
Au dessus des barbelés,
Des coeurs bombardés,
Regarde l'océan.
Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient.
Au dessus des capitales,
Des idées fatales,
Regarde l'océan.
Voyage, voyage
Plus loin que la nuit et le jour, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Dans l'espace inouï de l'amour.
Voyage, voyage
Sur l'eau sacrée d'un fleuve indien, (voyage voyage)
Voyage (voyage)
Et jamais ne revient
Te veo como Marlon Brando en Rebelión a Bordo: buscando la fruta del pan, sublevándote contra el malvado capitán inglés y comprando la isla y quedándote con la hija del jefe de la tribu, tras la finalización de la película.
ResponderEliminarMe imagino que el carácter amable y sonriente de los tahitianos es fácil de comprobar. ¿Has podido observar la riqueza biológica en aquellas latitudes tal y como mostraba el médico de la misma película?
Luis,
ResponderEliminarTe veo muy informado de la historia. Efectivamente ocurrió así, incluso hay gente que aún presume de ser descendientes de los amotinados que se escondieron en las partes más apartadas de la isla.
Sólo para completar lo que no cuenta la película, el capitán volvió a Tahití en busca del famoso árbol, que finalmente llevaron al Caribe, donde incluso se cultiva en la actualidad. Sin embargo el proyecto en sí fue un fracaso porque jamás sirvió para dar de comer a los esclavos tal y como se pretendía.
En cuanto al interés biológico, como podrás apreciar en las fotografías he estado continuamente preocupado por este aspecto. Es más creo que nuestro común amigo el botánico Yañez tendrá mucho trabajo profundizando en las especies que embellecen estos parajes.
Supongo que tendremos que tener varias sesiones de trabajo sobre el particular.
Saludos, y que bueno tenerte de vuelta.
Javier