Jueves 24 a Sábado 26 de Junio de 2010
Polinesia Francesa
Día 23 a 25
EL VIAJE INTERIOR
Bora-Bora, junto con las Maldivas, las Mauricio y quizás Bali, completan la lista de las islas paraíso para el turismo mundial. Una combinación de belleza natural estereotipada (playas de arena blanca, palmeras y aguas claras y de color turquesa) y unos complejos hoteleros de lujo con todos los servicios imaginables, actividades para todos los gustos e incluso recientemente hasta centros de salud y belleza tipo spa. Claro objetivo para el turismo de luna de miel . Bueno, y aveces, de algún loco aventurero recorriendo el mundo como yo (pocos).
Con toda esa combinación es importantísimo mantener esa imagen estándar en todo lo constituye el destino de acuerdo a las expectativas. En Bora-Bora, la naturaleza hizo su parte sobradamente y el conjunto de la isla-atolón-motu es extraordinario. Una isla central con algún monte de relativa altura cubierto de vegetación tropical y una serie de islotes y atolones dónde situar hoteles, cabañas privadas, residencias, centros de actividades, etc.
Después los humanos. Las autoridades y las empresas hoteleras deben ofrecer servicios e instalaciones a la altura. Todos, incluídos los habitantes, deben ofrecer y mantener esos niveles de calidad para preservar esa imagen de exclusividad que tanto cuesta crear. Esa imagen que permite cobrar un precio sensiblemente superior a otros destinos.
Esta coherenecia en la oferta se aprecia desde la llegada a la terminal. Terminal que es realmente más una prolongación de la arquitectura de los hoteles que un edificio de estilo aeropuertuario. Nada más poner el pie en el edificio los distintos hoteles empiezan a desplegar sus servicios. Personal del hotel que se encarga de las maletas, de entregar collares de flores, trato personalizado, lanchas propias que realizan el trasbordo hasta cada hotel, botellas de agua a la llegada, zumos en la recepción, toallas húmedas, cartas de bienvenida, lista de actividades, etc. Un despliegue desde el primer minuto. Y ese paseo por la laguna hasta la recepción en el barco del hotel, que ya te deja con la boca abierta. Es como una manera sutil de mostrarte que has llegado a un sitio diferente. Una especie de escaparate.
Mi hotel es el Hilton Bora Bora Nui Resort y Spa (cómo me costó acordarme del dichoso nombre), y está en una zona islote alejada del resto de hoteles. Es uno de los últimos construídos y tiene algunas diferencias con el resto. La primera es que es el único en Bora bora con cabañas no acuáticas, situadas en la ladera de un monte-acantilado cercano a la playa. Creo que es un acierto: no a todo el mundo le agrada estar sobre el mar y prefiere una casa idéntica, pero con unas vistas panóramicas mucho mejores. Es como algunos hoteles en Kenia que están situados literalmente en las copas de los árboles. La situación del spa y el gimnasio también es muy particular. Están en la parte más alta del complejo con unas vistas que permiten ver amanecer y la puesta de sol. Así desde las salas de masaje se ve todo el hotel, quedando alejado de la vista desde las cabañas o el resto del hotel.
En cuanto a las cabañas simplemente impresionantes: un baño con jacuzzi y una ducha de proporciones que permitirían a una familia entera ducharse juntos, una cama tamaño king size con dosel, porche, plataforma para lanzarse al mar, ducha exterior, suelo transparente para poder ver a los peces pasar, otro hueco para poder darles de comer, etc., etc..
Uno ha estado en muchos hoteles en el mundo en su lista estaban los de Bali o algunos en Londres o el Adlon en Berlin, ahora este ocupa el primer lugar con claridad.
Tenía la sana intención de aprovechar y hacer muchas actividades: moto acuática, navegar en catamarán, etc.. Finalmente, únicamente me someto a una sesión de masaje relajante de casi una hora, y hago algo de snorkling. El resto: disfrutar del sol y de la cabaña. Nada más y nada menos.
De verdad 2 días de auténtico lujo para el cuerpo y el alma.
Por cierto dos pequeños eventos: uno ver la clasificación de España desde el porche, tomando el sol y luego por la noche acudo a un festival de folclore polinesio.
PLAN
Rumbo a Nueva Zelanda. Nuestras antípodas y una vuelta a países de influencia inglesa. Creo que seguiré las recomendaciones y alquilaré una caravana para recorrer el país, o al menos su isla Norte.
FRASE DEL DIA
El libro Reinventarse ha resultado una fuente de bonitas frases como esta otra.
“En la vida no hay amigos, ni enemigos, sólo hay maestros”
ANÉCDOTA
Por supuesto soy casi el único en el hotel qu eno viene de luna de miel (también hay otros matrimonios con hijos), pero sí soy el único que viaja sólo, lo que provoca varios malos entendidos, pues siempre te apuntan para todo por duplicado.
Acaba la etapa francófona, con un aprobado alto: nada de hablar en inglés, todo el tiempo en el idioma oficial: el francés.
CANCIÓN
Cuando estoy tomando el sol siempre me viene a la cabeza la canción de Luis Miguel, llamada Sol, Arena y Mar …. es todo lo que necesito ahora, y aquí está.
Todo comenzó muy bien
me amaba, yo era su rey
pero el sueño fue muy corto
y hoy me está volviendo loco,
no sé qué pasaría
Cambiar mi forma de ser
pretende una y otra vez
y las noches son amargas
silenciosas y muy largas
es una pesadilla
Sol, arena y mar
es todo lo que quiero ahora
y no me queda más
que sonreír y ver las olas
Siempre discutimos
y muy poco nos reímos
ya no puedo continuar
con este amor
Responde con un después
si digo abrázame
hoy te quiero hoy no te quiero
beso amargo beso tierno
es su filosofía
Sol, arena y mar
es todo lo que quiero ahora
y no me queda más
que sonreír y ver las olas
Siempre discutimos
y muy poco nos reímos
ya no puedo continuar
con este amor
Estoy herido por haber amado
a quien no le importé
siento el vacío
esta vez he prometido no volver
Sol, arena y mar
es todo lo que quiero ahora
y no me queda más
que sonreír y ver las olas
Siempre discutimos
y muy poco nos reímos
ya no puedo continuar
y no quiero continuar
con este amor.