domingo, 9 de septiembre de 2012

AUSTRALIA: UN SUEÑO CUMPLIDO

Lunes 3 de Septiembre de 2012

Australia

Día 11

EL VIAJE INTERIOR

Los seguidores de mi primer viaje (vale, sólo voy por el segundo, pero sigue siendo correcto lo de primero), saben que para mí la vuelta al mundo fue un sueño no olvidado, y que afortunadamente la vida me dio la oportunidad de volver a ser un niño (vuelvo con gusto a El Principito) al hacerlo realidad.

Tengo la suerte de tener gente a mi lado que también ha aprendido a no dejar de ser un niño y a perseguir sus sueños. He de desvelar la forma simple en cómo se fraguó este viaje. Helena siempre ha querido viajar a Australia. Yo tenía unos compromisos profesionales en China y en Brasil, con unas semanas de diferencia. China, Brasil y Australia en medio. Lo principal estaba allí, lo demás fue cuestión de detalles. ¡Otro viaje y otro sueño cumplido! Un consejo, si tenéis a bien aceptarlo de alguien que quiere seguir aprendiendo: ¡No dejéis de soñar!

De este enorme continente, nos quedamos con Cairns (la naturaleza en estado puro) y con Sidney (ciudad idílica y onírica para Helena). En este viaje desecho Ayers Rock, donde estuve hace 2 años, no porque no merezca una visita, sino porque logísticamente complica bastante el viaje y requiere casi 3 días.

Nuestra primera etapa está en la capital del territorio norte de Queensland, también conocida como la capital de la costa dorada. Guardo un muy buen recuerdo de mis días allí, y sé que Helena va a disfrutar mucho todas las excursiones que tengo previstas.

Vamos a visitar algo triplemente único, 2 parques naturales patrimonio de la humanidad, y un enclave que es el único que pertenece a la vez a dos parques patrimonio de la humanidad. Hablo de la Gran Barrera de Corral, del Rainforest, y la zona del Cabo Tribulación, donde ambos se unen.

Empezamos por la selva tropical, y repetimos juntos (y casualmente con el mismo guía de hace 2 años), casi los mismo lugares: Port Douglas, vista panorámica de la desembocadura del Dentree, navegación para ver cocodrilos de agua dulce, playa del Cabo Tribulación y visita al centro de interpretación y a su puente colgante. Como novedades, un encantador pueblecito costero donde se ha protegido un árbol autóctono, y el maravilloso hotel donde almorzamos (hacía años que no veía un río con aguas tan cristalinas y un lugar que destilara tanta paz; realmente para perderse del resto del mundo). Todo realmente impresionante. Helena, ha disfrutado enormemente con toda la visita, de la fauna (incluyendo varios animales autóctonos, como varios pavos australianos silvestres) y de la vegetación, aunque siento que no pudiéramos ver cocodrilos tan grandes como los que yo vi hace 2 años. Sigue con su terapia de rehabilitación, y se lanzó alocadamente al puente colgante sobre el río, que realmente se movía con cada paso que se daba sobre él.

Al día siguiente nos embarcamos camino de la Gran Barrera. Un barco de 60 pies, recién estrenado y francamente bien equipado (de material y de tripulación). Hicimos 2 paradas de casi 3,5 horas entre las dos y sinceramente los pasamos de maravilla. Prueba de ello las cerca de 500 fotos que hicimos. Como recuerdos excepcionales, que además eran pequeñas espinitas clavadas del último viaje, pude ver a varios nemos y una increíble rato nadando junto a una tortuga, con fotos y video incluidos. Realmente una experiencia inolvidable (y que gracias a nuestra cámara sumergible podemos compartir con todos vosotros). Es increíble que exista un lugar como este en el que puede disfrutarse con tan solo un tubo y unas gafas (¡ni botellas ni nada!), como si estuvieras en una inmensa pecera.
Creo que en este viaje Helena va a poder disfrutar de varias oportunidades de encontrarse con animales marinos (¡ya veremos!).

De Cairns nos quedamos con una agradable sensación de lugar de veraneo muy tranquilo, de gente amable y de un entorno natural único. Un agradable recuerdo para empezar el viaje en Australia.


Salimos para Sidney, centro neurálgico y casi podríamos decir que geométrico de este viaje. Para Helena, tiempo de despejar dudas: ¿estaría Sidney a la altura de sus expectativas?

Y a nuestra llegada el tiempo meteorológico no nos acompaña mucho y tenemos 2 días fríos y con algo de lluvia. No nos arredrán los elementos y nos lanzamos a descubrir la ciudad en uno de los típicos autobuses de dos plantas con techo descubierto. Los primeros éxitos son la zona del Circular Quay (con la Ópera y el puente sobre la bahía), la zona de King Cross, la calle Victoria y Oxford (el barrio de Paddington), por supuesto la playa de Bondi, los exclusivos b
arrios de , Double Bay y al final del día, a la caída de la noche el resto de zonas de muelles (Darling Harbour), y las recuperadas zonas en la parte Este de The Rocks, donde está nuestro hotel. Un magnífico primer contacto con la ciudad, y Helena con sus expectativas superadas y aumentadas.

El domingo se despierta precioso y aprovechamos para visitar los jardines y para hacer una excursión para avistar ballenas enfrente de la bahía, frente a los acantilados y Bondi. No conseguimos una foto con salto de la ballena (es algo sospechoso que siempre aparezcan en la publicidad, para que luego digan que no es fácil verlo en la realidad), pero sí una preciosa del agua saliendo por el espiráculo de una de ellas, y también de la cola (¡menos da una piedra!).

Como un país o una ciudad no son únicamente sus monumentos ni sus lugares típicos, también hemos disfrutado de la vida, del día a día. Quizás eso sea uno de los puntos fuertes de la ciudad y en general del país. Sidney figura consistentemente entre las ciudades con mayor calidad de vida. La naturaleza ha sido generosa con ella: mar por todas partes, playas, acantilados, amplias zonas verdes. Además el clima también la mima: más de 250 días al año de sol. Un país con posibilidades, un estilo de vida sano y relajado, una vida cultural importante, todo se junta. En este aspecto, pudimos experimentar qué fácil y agradable se hace vivir en sus calles, disfrutar con sus mercados, pasear, ir de compras, comer en restaurantes japoneses, alemanes, indúes, tomar unos magníficos cocktails en un bar cubano, disfrutar de un excelente marisco en un cocedero, etc.

En definitiva, en prácticamente una semana tenemos un primer acercamiento a este continente, que nos sirve para dejar a Helena con un maravilloso sabor de boca, y con las ganas de venir a vivir aquí algún día. A veces, no siempre las más de las veces, la realidad supera la imaginación.

ANÉCDOTA

Decidimos cumplir todos los tópicos de una sola vez y pedimos un plato combinado de carne de cocodrilo, canguro y avestruz. Acierto pleno, la tres muy buenas, pero sobre todo la de cocodrilo, que volvimos a probar en hamburguesa al día siguiente. ¡Allá donde fueres haz lo que vieres!

AGRADECIMIENTO

En general, tuvimos muy buenas experiencias con la gente en Australia, con la agente que nos vendió las excursiones en Cairns, con el guía del Rainforest, con la tripulación del barco, pero especialmente con el dueño de una heladería suiza (¡parece ser que traen los helados desde Suiza!), que gracias a la calidad de sus helados y a su amabilidad nos hizo sentir como en casa.

¡Quién sabe quizás algún día! A seguir soñando …, y mientras tanto muchas gracias a todos ellos .

2 comentarios:

  1. Veo que has hecho caso omiso a mis indicaciones sobre la manera más corta de ir a Australia que no voy a repetir ahora por farragosa y además tus seguidores podrán encontrarla entre los comentarios a las entradas de tu blog de tu primer viaje. Lo que si que ha quedado muy claro es que no te importa nada recorrer el camino más largo si en ello te va el cumplimiento de tus sueños o el de los demás.

    Primero cumpliste tu sueño de juventud de viajar a lo largo y ancho de este mundo y ahora has ayudado a cumplir uno de los sueños de Helena por conocer Australia.

    Recuerdo que la vez anterior hablamos de las oportunidades que nos brinda esta gran isla y esta vez insistes peligrosamente en la calidad de vida de sus ciudades y en la calidez de sus gentes. Incluso, el tiempo adverso no ha cambiado ni un ápice tus primeras impresiones y ahora las de Helena.

    Mucho me temo que ante tanta complicidad con nuestras antípodas, te va a salir el espíritu aventurero. ¡Qué tome nota Lucio para abrir nuevos mercados!

    A mí si quieres que te diga la verdad no me haría ninguna gracia tener que ir a la otra punta del mundo para seguir jugando al padel. En fin, avísame con tiempo...

    ResponderEliminar
  2. Luis,

    Estas en lo cierto cumplir los sueños de alguien es una bonita manera de hacer eque este mundo sea algo mejor de cuando lo encuentras. No se me ocurre un objetivo mejor de una vida.

    La insistencia también puede ser una virtud siempre que sirva a nobles fines y huya de la impertinencia, así que te invito a que caigas en la tentación y que o bien profesionalmente, o bien en viaje privado compruebes si mi (nuestra) querencia está justificada.

    En cuanto a lo del padel, nada de lo que preocuparse, ya sabes que he hecho proposito de enmienda (¡cuantos buenos deseos, ni que fuera principio de año!), y esta temporada estoy decidido a recuperar el sitio que nuestro prestigio merece, y escalar de nuevo a lo mas alto del ranking. Y vamos a empezar por darles una buena paliza a mi hermano ya Chema en el veranillo de San Miguel.

    ¡Qué se preparen!

    ResponderEliminar